11 de abr. de 2013

"LOS DEL 97", CINCO SENTIDOS

La fruta de la pasión - Celia Pérez Martínez (4º B)
Suena el despertador, como siempre, a las 7:47. A lo lejos escucho a mi madre preparando el desayuno. Me levanto y en dos pasos me coloco enfrente del espejo. Tengo mala cara, como todos los días al levantarme para ir al instituto. Solo una cosa puede animarme. Abro la puerta de mi habitación, recorro el pasillo de azulejos blancos y llego a la cocina, que huele a zumo de naranja, café y tostadas. Pero no quiero nada de eso, sino lo que estoy viendo en el frutero de mimbre, mi fruta de la pasión. Tiene esa piel oscura, que me recuerda al color de la noche.
Cojo un cuchillo, pero no cualquiera, sino el que no tiene punta. Mi cuchillo. Busco la tabla pequeña, muy cómoda. Corto con suavidad, para que no se vierta el zumo. Examino la cuchara que mi madre acaba de dejar encima de la mesa. Perfectamente limpia. Entonces con cuidado cojo una cucharada de semillas, con ese jugo amarillo que me encanta. Lo saboreo, mordiendo las pepitas con delicadeza. Poco a poco voy acabando ese manjar que tanto me gusta. Huelo entonces el aroma tropical que la cáscara desprende. Cierro los ojos, y cuando los abro son ya las 8:01. Es hora de vestirse. De vuelta en el espejo  parezco más contenta. Una vez cumplido el ritual ya puedo ir al instituto.  

Yurena De Oliveira Puime (4º B)
Me gustan todas las épocas del año menos la Navidad.
Me repugna ver como todos abren la botella de champagne, la tapa toca el techo, se la echan en su copa poco a poco cada vez aumentando la cantidad de espuma que me recuerda a la presión del agua creando una ola y después lo beben, brindando y disfrutando como niños pequeños jugando en un parque.
Otro motivo es ese color amarillo parecido al de la flor del tojo que no me gusta porque pincha.
Mientras ellos hacen todo esto, yo me voy con dolor de estómago a la cocina para coger mi botella de agua y respirar tranquilamente.
La cojo con la mano izquierda, la tiro al aire y la alcanzo con la derecha, agarro con una mano la botella, con otra la tapa que poco a poco, gira y antes de beberla miro ese color transparente que se parece al mar del Caribe.
Después de tener esa sensación, la bebo y noto como baja por mi garganta, enfriándola y dejándole un sabor natural.

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